Acciones e investigaciones Sociales. Nº 45 (2024)
https://doi.org/10.26754/ojs_ais/accionesinvestigsoc.20244510165
alternativas de relacionarse, basadas en la horizontalidad organizacional, la integración y la
autonomía. Nacen de la urgencia de habitar una sociedad más justa; y por medio, de asambleas y/o
encuentros se dan espacios de educación colectiva que propician la afloración de nuevos saberes, o
bien del resurgir del conocimiento ancestral.
Es por eso, que la experiencia del mayo feminista en Chile debe ser mirada desde una óptica distinta,
pues, contiene, en su esencia, una resistencia anti patriarcal, anticapitalista y anticolonialista. Donde
son las mujeres y disidencias, quienes alzan la voz y se manifiestan para un cambio a nivel social, esto
entendiendo, que no todas, ni todos, caben en la categoría de ciudadanos. El neoliberalismo excluye,
de manera racial, de género y de clase, a todos quienes no respondan a su lógica: mujeres migrantes,
campesinas y campesinos, indígenas, trabajadores/as precarizados/as, juventud empobrecida,
disidentes sexuales, personas en situación de discapacidad, etc. Y deja fuera a cualquier subjetividad.
Autoras y activistas del sur global, han vivenciado esto, y han podido dar forma a las palabras para
explicarlo y compartirlo al resto del mundo.
Adriana Guzmán, activista boliviana, aborda los conflictos sociales en su país, desde un feminismo
comunitario. Entendiendo que la comunidad es la única forma que ha sobrevivido frente al mundo
capitalista (Canal Encuentro, 2020). Esto se relaciona de manera intrínseca con el movimiento
feminista del 2018 que inclusive ciment, lo que fue la revuelta social del 2019, a través de una
potenciación comunitaria.
Comprender entonces, la complejidad de este movimiento, y de los feminismos en s, implica situarse
de manera histórica en el presente. Las propuestas para tratar la desigualdad de género desde la
institucionalidad han resultado insuficientes, generando una desafección política a nivel social. El
feminismo comunitario, ante esto, denuncia la falta de voluntad política, donde se prefiere la inversión
mercantil antes que la vida de las mujeres.
En ese sentido, se vuelve fundamental el fortalecimiento de la comunidad. Ante un contexto
globalizado donde convergen teorías, mirar al sur global que contiene una sabiduría ancestral,
histórica y colonialmente invisibilizada y denostada resulta imprescindible. Desde all oponerse al
carácter homogeneizador de la globalización, pero potenciar la capacidad de establecer diálogos a la
distancia es fructífero. En el contexto de una entrevista, con la pregunta, especialmente sobre Europa
y la articulación con el resto del mundo, Adriana Guzmán manifiesta lo siguiente:
No podemos seguir pensando desde un feminismo individualista, simplemente por sentido
común. Nos están matando y solas no nos vamos a salvar. Necesitamos articularnos,
encontrarnos para salvarnos, necesitamos articularnos más all de las fronteras. Parte de ese
individualismo sumado al nacionalismo, hace que las españolas se preocupen por los
feminicidios en España, los de las españolas, no los de las inmigrantes; en otros países de