Acciones e Investigaciones Sociales. ISSN: 1132-192X, Núm. 40 (2019). Págs. 9 a 26
https://doi.org/10.26754/ojs_ais/ais.2019404194
Diana Valero Errazu
Ana C. Romea
Aranzazu Palain Pescador
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Todo ello lleva a pensar en la necesidad de una especializa-
ción del trabajador social para el ámbito escolar, donde se podría
ubicar la necesidad de estos profesionales en el sistema educati-
vo en el marco de los principios de equidad, inclusión y atención
a la diversidad promulgados por las diferentes leyes de educa-
ción, sin olvidar los problemas individuales, conductuales y de
relación social.
En el ámbito de la equidad es preciso señalar la desigualdad
de resultados del sistema educativo como uno de los ámbitos es-
pecíficos del trabajo social escolar (Cariceo, 2012). Por ejemplo,
en España, el 18,4 % de los estudiantes de Educación Secun-
daria Obligatoria (ESO) tiene carencias económicas severas que
repercuten en sus estudios (Fundación Adsis, 2013). También, la
posibilidad de repetición de curso de un alumno con dificulta-
des socio-económicas es 5,61 veces mayor que la de un alumno
sin las mismas dificultades (OECD, 2016). Similar es el caso del
abandono escolar temprano, según datos de Eurostat (2017), Es-
paña, con una tasa del 18.3, junto a Malta (18.6) y Rumanía (18.1)
son los países con mayor abandono escolar de Europa, situación
que se ha mantenido a lo largo de los últimos 20 años.
Esta desigualdad económica y su repercusión en términos de
resultados es la que más se ha considerado pero, si bien es muy
importante, no es el único reto social al que se deberá enfrentar
el trabajador social escolar. Existen otros problemas, tanto a nivel
individual como grupal, a los que actualmente se enfrentan los
centros educativos, como son el absentismo, acoso escolar, el
apoyo a los alumnos LGTBI+ (tanto el trabajo con el alumno indi-
vidual como con el grupo para evitar la homofobia), la inclusión
de alumnado inmigrante, los problemas alimenticios en la adoles-
cencia, abuso de sustancias, embarazos no deseados, enferme-
dades de transmisión sexual, problemas familiares, etc. (Puyol y
Hernández, 2009; Castro y Rodríguez, 2016). Todos estos facto-
res pueden influir en el desarrollo educativo del menor y en los
resultados académicos de los estudiantes, lo que les pone en
una situación de riesgo para la que no encuentran respuesta den-
tro de los centros, con profesores con ratios cada vez más altas
y menor tiempo de atención individualizada al alumno. Además,
1 Después de haber tenido en cuenta el resultado en ciencias y en lectura
(PISA 2015 Table I.6.14 Grade repetition, by socio-economic status).