Hace pocos minutos que el tren ha abandonado la estación de Delicias en Zaragoza, es viernes por la tarde, casi las cuatro y aún no hemos comido. Ambos tenemos cara de necesitar descansar durante el fin de semana, pero será más tarde. Aún tenemos por delante más de dos horas de viaje en tren y la posibilidad de charlar tras tres intensos días de curso de verano en la ciudad de Jaca [1].
Todavía con la cabeza agitada, inundada de reflexiones y proyectos, le pido a Iñaki un poco de tiempo para recuperar mis notas y abordar la entrevista. Mientras, dejo reposar la mirada en el paisaje al otro lado de la ventana.
Figura 1: Paisaje desde el tren Zaragoza-Girona_8 de julio de 2016. Fotografía, Miriam García García
Hace ya unas horas que durante su charla Paisajes socio-ecológicos, Iñaki había manifestado que desde hace mucho tiempo lo que les ocupa en la oficina que comparte con Margarita Jover [2], es el diseño de la complejidad como motor de una investigación y una práctica que se retroalimentan. La complejidad de un paisaje y una arquitectura entendidos como infraestructura, como elemento dinámico, como campo de operaciones o, como al él mismo le gusta explicar, espacio socio-ecológico. Iñaki toma prestada esta visión del paisaje de Elizabeth K. Meyer en su descripción del Parque de Aranzadi, en Pamplona, como infraestructura verde y sistema socio-ecólogico. [3] Un lugar de interrelación, dónde se expresan los derechos de humanos y no humanos como parte de este sistema, de este espacio público. Una perspectiva, como él comentaba y como yo misma podía reconocer tras mi reciente estancia en Estados Unidos, muy americana. Una mirada optimista, a pesar de empezar reconociendo la relación de nuestra civilización con el planeta, donde la naturaleza ya no existe como algo separado de la humanidad. El mundo que habitamos es, en cierto modo, el resultado de la vida del hombre en la Tierra. Una mirada consciente de habitar en una era distinta, el Antropoceno. Precisamente Iñaki había iniciado su conferencia a partir de las distintas visiones del paisaje que ilustra Jedediah Purdy en After Nature [4]. Para Purdy la idea del planeta como sistema que creíamos estable ha quedado superada. Fenómenos como el cambio climático ponen de manifiesto la necesidad de considerar nuestra relación con la naturaleza. Iñaki recordaba la visión del paisaje y de la naturaleza desarrollada por Purdy en cuatro visiones que condensan 200 años de historia y del imaginario americano y que, en cierto modo, conviven todavía en diferentes contextos a ambos lados del Atlántico. El paisaje Providencial, caracterizado por el entendimiento del mismo como recurso, como bien a explotar. Así, en el siglo XIX, los colonos americanos consideraban la naturaleza como algo incompleto que el trabajo humano convertiría en algo útil y la ley en propiedad privada. La visión Romántica, ejemplificada por John Muir y la preservación de los paisajes intocados, que Purdy reconoce como antecesora de "las vacaciones y el consumo". La utilitaria, aquella que abandera una gestión responsable y controlada de los recursos por expertos, capaces de identificar el balance entre consumo y recursos. Y finalmente, la visión ecológica emergente en los tempranos años 60 del siglo pasado y ejemplarizada en la Primavera silenciosa de la bióloga marina y zoóloga Rachel Carson, dónde son los valores ecológicos y sus relaciones los que se preservan, mientras que el diseño se retrae. Pero ¿cuál sería la visión del paisaje en este momento del Antropoceno?
Si Purdy declina poner un nombre a la actitud contemporánea americana ante la naturaleza, Iñaki recurre a sus proyectos e investigaciones relacionadas con los ríos, con lo inestable y lo fluido, donde no hay nada seguro respecto a los fenómenos naturales, los programas y su uso. La manera de diseñar se aparta de las tradicionales técnicas de control (diques, presas, etc.) y abraza complejos y dinámicos espacios fluidos de convivencia entre humanos y no humanos. Es entonces cuando la definición de Elizabeth Meyer de paisaje socio-ecológico cobra todo su sentido. Es también entonces cuando los proyectos de aldayjover que Iñaki recorre a lo largo de la conferencia evocan la actitud post-ecológica reclamada por Purdy.
"[P]ristineness and pollution, ecological connection and technological alienation, are blended and are matters of degree … Paradox, partiality, and the mixed-up character of everything have come after the grasp at wholeness that began the ecological age" (Purdy 2015).
Figura 2: Iñaki, durante su conferencia Paisajes socioecológicos. Fotografía, Francisco Pellicer.
Iñaki acaba de regresar con algo de comida. Intento imaginar su apretada agenda, especialmente desde que en mayo de 2011 fuera nombrado Chair del Departamento de Arquitectura y Elwood R. Quesada Professor of Architecture de la Universidad de Virginia (EEUU) y aún agradezco más que me conceda el tiempo del viaje para charlar sobre arquitectura y paisaje. Pero Iñaki sonríe amablemente, "cuando quieras", dice.
Recordando tu conferencia de esta mañana me preguntaba si cuando empezasteis con los primeros trabajos ibais buscando el tipo de proyectos con los que os habéis encontrado, quizás porque pueden desarrollar herramientas que os interesan o porque os dabais cuenta de que la profesión (la arquitectura), necesitaba reformularse (desde el paisaje).
Creo que lo primero fue la educación recibida en la Escuela de Arquitectura del Vallés, en la cual la sensibilidad por el lugar era una parte fundamental de nuestra formación. Ese fue el primer paso para entender que la arquitectura es parte de la transformación de un lugar. A partir de esa educación, y antes que nosotros, salieron del Vallés compañeros como RCR, BCQ y otra serie de arquitectos que trabajan en el espacio público y el paisaje de una manera muy natural. Con nuestro primer proyecto -la recuperación de las riberas del Gállego en Zuera [5], con origen en mi proyecto de una plaza de toros "paisajística" como fin de carrera-, tomamos la decisión de trabajar con el río y sus dinámicas. Esto supuso una aproximación en cierta manera muy radical, que fue por aquel entonces solo una intuición, ya que no había tantos ejemplos de esta forma de afrontar los proyectos a partir de procesos dinámicos de inundación. Y ahí es dónde empezamos a descubrir un marco que ha ido creciendo con otros proyectos y que es ya parte integral de nuestra práctica y de nuestra forma de pensar. Nuestra arquitectura es una arquitectura que tiene dificultad para ser fotografiada, quizás por esa falta de interés nuestra por definir imágenes estáticas, finalizadas. Nos ha interesado siempre más el descubrimiento a partir de procesos y del movimiento. Esto nos ha llevado a una situación de dualidad como arquitectos y paisajistas desde una perspectiva, como dice Giuseppe Dematteis, el geógrafo italiano, que se basa en la fluidez disciplinar. Una expresión a la que recurro porque ayuda a eliminar barreras estériles. A mi me gusta explicarlo con una metáfora geométrica: los conocimientos profundos son anclas verticales que ayudan a desarrollar el proceso horizontal de diseño. Se trata de entender la complejidad, manejarla creativamente y transformarla con tantos anclajes verticales como sean necesarios. Y sinceramente, uno siempre tiene menos de los que necesita. Por lo tanto, uno tiene que rodearse de otros profesionales que aporten esos conocimientos que dan solidez al proyecto. Como estamos en un mundo en el que los problemas, al menos los complejos, dejan de estar circunscritos a una disciplina, el arquitecto o el paisajista necesita colaborar con otros profesionales. Por eso lo de la fluidez. No me gusta nada lo de disciplina o interdisciplinar, porque significa que reconocemos estos campos como espacios cerrados de conocimiento que, en el mejor de los casos, dialogan. Los paisajistas, por ejemplo, sabemos básicamente de dinámicas y tenemos la capacidad de entender procesos y proyectar con ellos. Algunos, además, saben de vegetación o de suelos, pero es habitual trabajar además con un botánico. La expertise o capacidad diferencial que compartimos arquitectos, paisajistas, o ingenieros es la del proyectar. Es decir, entender lo que se ve y lo que no se ve, los aspectos sociales, económicos o políticos y con todo ello, generar una propuesta de transformación de un lugar.
Yo me imagino que estás en la Universidad porque además de la satisfacción y el aprendizaje que da la docencia, está la capacidad de investigar. Y si hablamos del dinamismo y de la incertidumbre como paradigmas de nuestro siglo, parecería que no se pueda evitar destinar parte de vuestra actividad a la investigación en la universidad como laboratorio previo a la intervención sobre el territorio y el espacio público.
Efectivamente, partimos de la base de que nuestro despacho es lo que se denominaría como research practice, por contraposición a la corporate practice. Pero por buenas oportunidades profesionales que uno tenga es difícil encontrar encargos que tengan un determinado carácter especulativo o aborden ciertos temas o lugares que nos pueden parecer relevantes y necesarios. Por eso para mi la universidad ha sido siempre otro área de aprendizaje, y digo otro, porque la práctica también lo es. Como Chair, he intentado ayudar a los profesores jóvenes pidiéndoles que vayan a aprender y no a demostrar lo que saben, porque que los estudiantes aprenden a través y no de ellos. Las clases de proyectos con Xavier Monteys, Torres Capell, Ramón Vilalta de RCR, Enric Batlle, Enric Massip y otros, fueron para mí un aprendizaje en conjunto con los estudiantes, consistente en identificar temas relevantes y examinar cuáles son los ingredientes en cada una de las situaciones para relacionarlos. Un laboratorio de especulación que tiene responsabilidad intelectual aunque no física. Sigo procurando dar clase en grupo o con un socio y poder seguir aprendiendo de los co-profesores (y de los estudiantes!).
Últimamente se habla también mucho del research by design, me gustaría saber tu opinión. ¿Piensas que la manera de elaborar nuestros proyectos está cambiando al tener que abrazar, especialmente en el ámbito del diseño de paisaje, procesos dinámicos y situaciones de incertidumbre?
Durante estos últimos años al frente del Departamento en la Universidad de Virginia, he estado muy centrado en desarrollar el concepto dedesign research, porque creo que todavía no está bien formulado. Por el contrario el concepto de scholar research -como el de applied research- está muy claro, está pautado y se sabe como evaluar. Design research, no. ¿Cuando el design, el diseño, se convierte en research, en investigación? ¿Cuándo el diseño está produciendo conocimiento? En mi opinión empezamos a hacer research en el momento en el que empezamos a especular. El diseño primero recopila y una vez aglutinada toda la información, empieza a producir especulaciones de nuevos escenarios de transformación. La manera en la que se recopila esa información, el rigor en las hipótesis o escenarios futuros, la innovación producida a través del diseño, todo eso debe ser evaluado, puesto que sirve para avanzar el conocimiento. Sin embargo, está todavía en fase de formulación, y queda mucho camino por recorrer tanto aquí como en Estados Unidos, para objetivarlo, parametrizarlo y demostrar su legitimidad en el resto de ámbitos académicos.
Estuve buscado los motivos por los cuales te habían escogido como Catedrático y Director de Departamento en la Universidad de Virginia, y entre la documentación que encontré aparecían conceptos como la interdisciplinaridad, la integración de escalas y una cuestión que me parece fundamental reivindicar y que creo que ha estado presente esta mañana en tu conferencia. Se apuntaba a una ética social y ambiental. ¿Qué piensas del papel y la responsabilidad de la profesión en nuestros días y cuál sería su agenda?
Mi propuesta para la Universidad de Virginia se centró en el rol del arquitecto y del rol de la arquitectura en el momento actual. Revisando estas notas para otras presentaciones posteriores veo que sigo preocupado por lo mismo, es decir, por nuestro rol en las transformaciones del medio físico, en la sociedad y en la cultura contemporáneas. Veo que somos quienes tenemos las herramientas para producir nuevos escenarios de transformación y por lo tanto asumimos la responsabilidad de definir futuros en medio de una crisis ecológica, económica y política derivadas, en cierta manera de la incertidumbre. ¿Cuáles son los temas? Creo que no es la belleza, la belleza se da por supuesta en nuestro trabajo. Es como la frase de Mies van der Rohe en la que decía que "el 90% de la arquitectura es construcción y del resto no quiero hablar", o el famoso liebre por gato de Alejandro de la Sota. Se trata de atacar los problemas e identificar lo que es relevante, entonces surgirá el proyecto. No es por lo tanto una mirada introspectiva como en la que se ha envuelto la profesión en los últimos 40 años de posmodernidad, especialmente en Estados Unidos.
Entonces cabría pensar que como las cuestiones que son representativas de esta época son unas concretas, no solo la práctica, sino la enseñanza y la investigación con ellas, deberían responder a este contexto. Mi pregunta es si ahora que tienes la experiencia de trabajar a ambos lados del Atlántico sientes que hay diferencias entre las cuestiones que preocupan a las Universidades en Estados Unidos y aquí en España.
Primero quisiera aclarar que cuando propongo que el proyecto se define como un proceso, no estoy despreciando las cuestiones formales. La forma es resultado de este proceso, que controlamos y guiamos creativamente, hasta un resultado con valores funcionales, estéticos y culturales. La arquitectura es la profesión más antigua y atávica, que ha moldeado el entorno del hombre, y seguramente el principal producto cultural de la humanidad. Quiero aclararlo porque en ocasiones vemos dificultades o malentendidos en relación con la formalización. Hoy en día, el potencial que ofrece nuestra enorme capacidad de reconocimiento de los contextos y de análisis de variables y procesos complejos, especialmente en el paisaje y el diseño urbano, se ve en cierta manera fustrado por esa dificultad en formalizar una propuesta de transformación física. Dentro de las áreas de proyecto, el paisajismo es la mas preparada para gestionar la incertidumbre y trabajar con ella, de asumir y trabajar con la complejidad incorporando variables de distintos campos. Da la oportunidad de incorporar la ecología, la producción, la cultura... de sintetizar, jerarquizar y utilizar información muy diversa para diseñar ese proceso de transformación.
¿Crees que las escuelas de arquitectura en España se están poniendo el acento en estas cosas?
Creo que el nivel de las escuelas de arquitectura en España es excelente, algo de lo que te das cuenta cuando sales de España. Bebemos de una arquitectura que se apoya en los maestros que lucharon para traer la modernidad durante la dictadura, y que no abrazó con tanta intensidad el postmodernismo como en otros países europeos y americanos. Estábamos demasiado ocupados en ser modernos y aplicar los ideales de la modernidad (una arquitectura capaz de abordar necesidades sociales). Por supuesto faltan cosas, especialmente entender lo que va más allá de lo estático. Quizás en el proyecto del espacio público no hemos llegado todavía al nivel de la arquitectura. Probablemente la escuela catalana lo ha desarrollado más, evitando la imposición de narrativas artificiales, pero aún así tenemos parques, plazas y calles de una extraordinaria calidad. Sin embargo, el motivo por que decidí irme y no solicité que me guardaran la plaza en la Universidad era mi desacuerdo con el modelo de arquitecto que estábamos transmitiendo a los estudiantes: un modelo empeñado en ser cabezas de ratón, cuando en el año 2005 ya era evidente que los arquitectos debíamos afrontar nuevos retos y trabajar en nuevos campos y de otros modos. Creo que la crisis en España simplemente ha acelerado un choque que iba a producirse más tarde o más temprano. Tenemos muy buenos jóvenes arquitectos que no van a poder reproducir el modelo de generaciones anteriores. Por lo tanto, que la enseñanza de la arquitectura se centre en el manejo creativo de la complejidad me parece una cuestión fundamental, y que es, además, aplicable a muchas situaciones profesionales y laborales. En este sentido soy tremendamente optimista en relación al futuro de los arquitectos.
Tengo curiosidad también por saber qué proyectos os apetecería hacer en el despacho. Lo pregunto desde la perspectiva del learning by doing. Imagino que hay asuntos que os interesan especialmente.
Creo que tanto Margarita como yo somos conscientes que donde hemos desarrollado algo de relevancia es a través de los proyectos, que van poco a poco generando un caldo de cultivo que fecunda ideas. Nos interesan las situaciones complejas. Por ejemplo hace mucho tiempo dijimos que no íbamos a hacer ninguna vivienda unifamiliar, que no nos interesaba y que sin embargo nos interesaba volcar nuestra actividad en el espacio público, que es el espacio de conflicto y de máxima complejidad. Y desde esta perspectiva nos interesa todo lo relacionado con las infraestructuras. Ahora mismo se constata que las lógicas mono-funcionales no son útiles, que no existe ya el patio trasero en nuestro planeta, y que por lo tanto cada pieza de infraestructura ha de estar respondiendo a múltiples variables participando en la construcción del espacio compartido. Que los temas de transporte, de energía, deben estar atendiendo al lugar, a la gente, al contexto. Para nosotros la Central de Energía de la Expo de Zaragoza fue un proyecto importante en el sentido de experimentar la capacidad de hibridación de las infraestructuras y, no solo eso, sino que además supuso el reto de incorporar una infraestructura extraordinariamente pesada y alienante a la vida urbana, al espacio público.
Las infraestructuras han sido sin duda uno de los elementos que más han transformado el territorio, no me refiero solo a su forma, sino también a sus relaciones, incluso a su metabolismo. Y la mayoría de las veces se han diseñado sin preocuparse por la funcionalidad y legibilidad de estas cuestiones impidiendo su comprensión, produciendo cada vez más una desafectación entre el hombre y su entorno. Me gustaría conocer tu opinión en relación esta cuestión.
Es indudable que las infraestructuras son los grandes agentes de transformación y que ese también es un campo de diseño. Incluso propondría dar la vuelta a la ecuación y pensar en el espacio público como infraestructura. Pero no como infraestructura verde, que se ha convertido en una expresión retórica, sino como infraestructura real. Nosotros hemos trabajando por ejemplo en el conjunto de parques que hemos diseñado en relación con la inundación, convirtiendo el espacio público en una infraestructura hidráulica que está trabajando en ayudar al cauce.
Las infraestructuras también han supuesto una gran fuente de negocio que ha estado sustentando determinado tipo de sectores de actividad económica. Y ahora que se habla tanto de la economía verde, si ponemos el acento en las infraestructuras y el paisaje parecería que se abre un nuevo campo de negocio, de investigación, incluso de trabajos y oficios. ¿Piensas que hay una tecnología por desarrollar que tiene que ver con esta otra manera de habitar y con la capacidad de reactivar otra economía que trabaje con los procesos de la naturaleza y no contra ella?
Mi posición es absolutamente pragmática en este sentido. Por ejemplo, el parque de Aranzadi [6] es infraestructura hidráulica de convivencia, de cambio de paradigma, de sensibilización, de entendimiento, pero ahí hay x m3/sg adicionales circulando y retrasando el desbordamiento del rio en el barrio adyacente. El parque está diseñado desde una situación compleja que no es la del tradicional canal de hormigón que aumenta la capacidad sin ofrecer nada más, y que provoca problemas de erosión en su punto final. En el proyecto de Puerto Rico [7] hemos llegado a tiempo de salvar el meandro existente y su patrimonio histórico ya que había un canal proyectado pero no ejecutado de USACE [8] que eliminaba el meandro. Pues bien, el proyecto de Aranzadi podría haber sido un canal de evacuación, pero nosotros lo planteamos desde una posición más compleja, apostando por que fuera parte del espacio público, de la ecología riparia, de otras lógicas que no son solo las de la evacuación del agua. En el parque el agua va a entrar y salir de forma sostenible. Efectivamente hay tecnologías basadas en materiales inertes, pero hay otras basadas en elementos vivos, que junto con los ensayos geométricos, suponen nuevas herramientas para los proyectos y, en ese sentido, nuevos campos de investigación e innovación. A través de la geometría se pueden modificar los flujos y entonces empezar a trabajar con la velocidad, con los arrastres y los depósitos. En el fondo esta manera de afrontar el proyecto es como un pequeño experimento que aglutina tecnología, geometría, materiales y las relaciones entre ellos.
Otra cuestión que me gustaría plantearte y que tiene que ver también con las infraestructuras, es que viendo vuestros trabajos a mi me es sencillo imaginar que al experimentarlos a las personas les sea fácil entender su funcionamiento y que eso en cierto modo asegure su vida, gestión y mantenimiento. Al mismo tiempo uno pensaría que, por ejemplo en el Parque del Agua, es más sencillo comprender las dinámicas del río y sus avenidas, que por ejemplo tras un dique. Y quisiera saber si esto os preocupa cuando proyectáis, incluso si es algo que potenciáis: el entendimiento del funcionamiento de los sistemas vivos, como ejercicio de consciencia, pero también de un cierto pragmatismo en relación a su uso y gestión.
En el espacio público las narrativas han de estar al servicio de la lectura del ciudadano. Las poéticas resultantes no deben ser opacas y autorreferenciales, sino que inviten a la comprensión y a la participación. El Parque del Agua tiene cuatro ideas: devolver un tercio del espacio al río junto con todo lo que ello conlleva, entender que el sistema del agua que ha gestionado históricamente el meandro va a seguir siendo el elemento fundamental del proyecto, entender que el pasaje ya está trazado y que por lo tanto no vamos a dibujar nuevas geometrías, sino basarnos en las parcelas existentes, y por último, establecer un gradiente entre la ciudad y el río. Cuatro ideas muy básicas pero también muy fértiles, porque no se cierran en si mismas y son fáciles de compartir. Por otro lado, cuando trabajamos en el espacio público, es importante trabajar de manera sistemática, evitando los accidentes y proponiendo estructuras de espacios que puedan usarse de maneras muy diferentes y evolucionar en el tiempo.
Saltando de tema y recordando algo que has comentado antes en relación a la dificultad de fotografiar vuestros proyectos, quería saber tu opinión sobre las publicaciones de arquitectura de paisaje. O mejor dicho, sobre la manera de comunicar nuestro trabajo. ¿Hasta qué punto proyectos en constante evolución y dinamismo, pueden ser susceptibles de necesitar otros formatos? Quizás un vídeo de cualquiera de vuestros proyectos en el que se pueda transmitir esa evolución, desde el que te puedas elevar, subir y bajar de escala para comunicar las dinámicas y el alcance, sea seguramente un formato más adecuado. Quizás la arquitectura del paisaje para comprender su complejidad, para desvelar algunos de sus procesos, necesite de soportes diferentes a los de la arquitectura tradicional.
Sí, es muy posible porque las grandes dimensiones y el carácter mutable se llevan mal con la fotografía A menudo acaba siendo una composición de imágenes idílicas con gente en espacios verdes. Y esto realmente no tiene interés, porque cuando se quiere explicar la performance del proyecto de paisaje, su funcionamiento, la fotografía no es adecuada. Por lo tanto sí, el vídeo sin que se convierta en una narrativa pintoresca, es un buen soporte, al igual que otras herramientas como las animaciones digitales.
Parecería que la agenda de la arquitectura del paisaje conlleva impulsar tecnologías en todos los sentidos.
Si, y creo que además deberíamos ser más estratégicos en el sentido no de marketing, sino de educación. No de educación paternalista, sino de una educación capaz de establecer un marco de valores compartidos.
Estaba pensando en Ian McHarg y en su programa de televisión en la CBS en 1960, The House Where We Live In, donde invitaba a destacados filósofos y científicos de la época para discutir el papel del ser humano en el mundo. McHarg acercó la arquitectura del paisaje al gran público en un estilo similar al que utilizaba en sus clases Man and Environtment, en la Universidad de Pensilvania. Me preguntaba entonces si conoces algún paisajista tan carismático y mediático, que se haya interesado por la comunicación y divulgación de la agenda del paisaje en el contexto actual de incertidumbre y de conciencia de vida en el Antropoceno.
Así como hay arquitectos que han transformado la comunicación como Koolhaas, en paisaje no estoy tan seguro de que haya surgido una figura carismática que se haya ocupado de esto. Sin embargo, si hay cada vez más experiencias de aglutinar a la sociedad entorno a los proyectos de paisaje. Recuerdo una experiencia, aunque lejana en el tiempo, en Virginia. El downtown de Charlottesville, por muchos años el espacio peatonal más largo de Estados Unidos, era originalmente una carretera. La fórmula para llevar a cabo el proyecto de su peatonalización incluyó una estrategia de implicación ciudadana muy fuerte, que no era tanto de participación, sino de comunicación. De tal forma que los ciudadanos aceptaran esta transformación. Y esto se produce no tanto a través de preguntar, sino de compartir y comunicar. No estoy negando el papel de la participación, que es importante y absolutamente necesaria como fase de entender, sino que estoy diferenciando proyecto de recogida de información, educación y comunicación. La responsabilidad del proyecto es del proyectista, que necesita la participación ciudadana para entender y comunicar,
Bueno, y ya por último, nos acercamos ya al final del viaje y quería preguntarte qué dos libros estás leyendo. Imagino que son mil, pero bueno, los que estás leyendo con más ilusión.
Estoy leyendo, gracias a Margarita, After Nature: A Politics for the Anthropocene, de Jedediah Purdy que he citado en la conferencia esta mañana. Y en el extremo contrario, leo por puro placer y leo novela negra, me encanta el misterio. Y tengo que decir que yo me voy a la cama con una novela negra. Ahora que lo pienso, creo que me encanta leer novela negra porque es un constante análisis e imaginación de posibles escenarios.
Si me lo permites, creo que tiene mucho que ver con vuestros proyectos, en el sentido de que el malo nunca es quien a priori uno pensaría que es, que las pistas te van dando las claves de la narrativa del lugar y que el final es siempre lógico aunque inesperado y ese sentido también innovador(…)
Si, y de repente son relevantes actores que en otros contextos se habrían considerado como secundarios.
Continuando con los libros, recuerdo que cuando me presenté a las plazas de la Universidad de Zaragoza el tribunal me preguntó que si tuviera que recomendar solo un libro, el primer libro a los alumnos, cuál sería y por qué. Hoy, cuatro años más tarde, te lanzo la misma pregunta.
De las cosas que he leído recientemente, otra vez gracias a Margarita, recomendaría el primer artículo del libro de Pier Vittorio Aureli La Ciudad como Proyecto, (The City as a Project). Ese primer artículo, Means to an End [9], ayuca a aclarar el rol de la arquitectura y del proyecto en la construcción de la ciudad.
Y ahora cine, ¿Qué te películas os interesan?
Pues la verdad es que vemos muy poco cine, pero a ambos nos gustan mucho los hermanos Coen, esa especie de realidad un poco pringosa en la que las cosas nunca salen como uno pensaba. Y hemos hecho muchas veces, con Margarita, el juego de entender también la arquitectura como esa pringosa realidad que no responde a una imagen idílica del objeto, y es mucho mas compleja e intensa.
Hemos llegado casi a nuestro destino y también al final de nuestra conversación, le agradezco a Iñaki su tiempo esperando volver a encontrarnos pronto.
[1] Del 6 al 8 de Julio de 2016 "paisaje global; miradas contemporáneas sobre la construcción de nuestros entornos."
[2] aldayjover arquitectura y paisaje
[3] Elizabeth K. Meyer, "River Park as a Place of Movement. Aranzadi Park, Pamplona, Spain". Meyer, Topos 89, (2014).
[4] Jedediah Purdy, After Nature: A Politics for the Anthropocene (Harvard University Press, 2015). [5] Recuperación Ribera Gállego con María Pilar Sancho, Zuera, Zaragoza, 2000-2001.
[6] Parque de Aranzadi, Meandro de Aranzadi, Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona, 2008
[7] Master Plan de recuperación del antiguo acueducto del Río Piedras en San Juan, Puerto Rico, 2015.
[8] The United States Army Corps of Engineers (USACE) o el cuerpo de Ingenieros de la Armada de los Estados Unidos.
[9] Pier Vittorio Aureli, "Means to an End: The Rise and Fall of the Architectural Project of the City." en The City as a Project, ed. P. V. Aureli, 14-38 (Berlin: Ruby Press, 2013), 14-38.
It's only a few minutes since the train left Zaragoza's Delicias Station; it's almost four o'clock on a Friday afternoon; and we still haven't had lunch. Both of us look like we could do with a rest this weekend, but it will have to wait. We still have more than two hours ahead of us on the train and the chance to chat after three intense days of a summer course in the city of Jaca [1].
With my mind still in a fluster, filled with reflections and projects, I ask Iñaki for a little more time to sort my notes out before starting the interview. In the meantime, I turn my gaze to the landscape on the other side of the window.
(Image 1: Landscape from the Zaragoza-Girona train_8 July 2016. Photography by Miriam García García)
A few hours ago, during his talk on Socio-Ecological Landscapes, Iñaki had explained that what the studio he shares with Margarita Jover [2] was working on was the design of complexity as the engine for research and a practice that operates by feedback. The complexity of a landscape and architecture understood as infrastructure, as a dynamic element, as a field of operations, or as he likes to explain, a socio-ecological space. Iñaki has borrowed this view of landscape from Elizabeth Meyer in his description of Aranzadi Park, Pamplona, as green infrastructure and a socio-ecological system. [3] A place for interrelation, where human and non-human rights are expressed as part of this system, this public space. A perspective, as he says and as I myself could recognize after my recent stay in the United States, that was very American. An optimistic view, despite beginning to acknowledge the relationship between our civilization and the planet, where nature no longer exists as a separate entity to humanity. The world we live in is, in a way, the result of human life on Earth. A conscious view of habitation in a different era, the Anthropocene. Iñaki had actually started his lecture with the different views of landscape illustrated by Jedediah Purdy in After Nature [4]. According to Purdy, the idea of the planet as a system that we believed to be stable had been superseded. Phenomena such as climate change demonstrate the need to consider our relationship with nature. Iñaki recalled the view on landscape and nature developed by Purdy in four visions that condensed 200 years of history and the American imagination, and which, to an extent, still coexist in different contexts on both sides of the Atlantic. The Providential landscape, characterized by its understanding as a resource, as an asset to be exploited. American settlers in the 19th century considered nature as something incomplete, which human labour would turn into something useful and the law would turn into private property. The Romantic vision, exemplified by John Muir and the preservation of virgin landscapes, which Purdy recognized to be the forerunner of vacations and consumption. The Utilitarian vision, which stands for responsible and controlled management of resources by experts who are able to identify the balance between consumption and resources. And finally, the Ecological vision that emerged in the early 1960s and exemplified in Silent Spring by the marine biologist and zoologist Rachel Carson, where ecological values and their relationships are those that are preserved, while design ceases to have a place. But what would the view of landscape be at this point of time in the Anthropocene era?
Where Purdy declined to give a name to the contemporary attitude to nature, Iñaki turns to his projects and research related to rivers, with the unstable and fluid, where there is nothing certain about natural phenomena, programmes and their use. The way to design has departed from the traditional techniques of control (dykes, dams, etc.) and embraces complex and dynamic, fluid spaces of coexistence between humans and non-humans. It is then when the Elizabeth Meyer's definition of socio-ecological landscape makes full sense. It is also then when aldayjover studio's projects, which Iñaki describes throughout the lecture, suggest the post-ecological way of thinking advocated by Purdy.
"[P]ristineness and pollution, ecological connection and technological alienation, are blended and are matters of degree … Paradox, partiality, and the mixed-up character of everything have come after the grasp at wholeness that began the ecological age" (Purdy 2015).
(Image 2: Iñaki, during his Socio-Ecological Landscapes lecture. Photography by Francisco Pellicer)
Iñaki has just returned with something to eat. I try to imagine his tight schedule, especially since May 2011, when he was appointed the Elwood R. Quesada Professor and Chair of the Department of Architecture of the University of Virginia, in the United States, and I'm even more grateful for the fact that he allowed me the time of the journey to speak about architecture and landscape. But Iñaki kindly smiles and says, "You're welcome."
Recalling your lecture this morning, I wondered if when you started with your first jobs, you were on the lookout for the projects you found, perhaps it was because they could serve to develop tools that you were interested in, or because you realized that the profession (architecture) needed reformulating (from the perspective of landscape).
I think the first thing was what was taught at the El Vallès School of Architecture, where sensitivity for place was a fundamental part of our education. That was the first step in understanding that architecture is part of the transformation of a place. Before us, colleagues like RCR, BCQ and another group of architects who work in the public space and with landscape in a very natural way had come out of El Vallès having received this education. With our first project - the restoration of the banks of the River Gállego in Zuera [5], which originated in my final degree project for a landscaped bullring, we decided to work with the river, with its dynamics. That meant taking quite a radical approach, which was only an intuition at the time, because there weren't so many examples of this way of designing projects from the perspective of the dynamic processes of flooding. And that's when we began to discover a framework that gradually grew in other projects and which is now an integral part of our practice and our way of thinking. Our architecture is one that is difficult to photograph, perhaps because our our lack of interest in defining static, finished images. We've always been more interested in discovery through processes and movement. This has led us to a situation of duality as architects and landscape architects from a perspective, as Giuseppe Dematteis, the Italian geographer, would say, that is based on disciplinary fluidity. It's an expression I resort to because it helps to break down sterile barriers. I like to explain it with a metaphor from geometry: in-depth knowledge is the vertical anchor that helps to bring about the horizontal process of design. It's about understanding complexity, handling it creatively and transforming it with as many vertical anchors as necessary. And to be honest, you always have fewer than you needs. So, you have to surround yourself with other professionals who contribute with the knowledge that gives the project solidity. Seeing that we're in a world where problems, at least the complex ones, are no longer restricted to a single discipline, today's architect or landscape architect now needs to collaborate with other professionals. That's what I mean by fluidity. I really don't like using terms like discipline or interdisciplinary, because it means that we acknowledge such fields to be spaces with limited knowledge which, at the best of time, enter into dialogue. Take landscape architects, for instance. We basically know about dynamics, and we have the ability to understand processes and design projects with them. Some also have knowledge about vegetation and soils, but it's normal to work with a botanist as well. The expertise or differential ability that we architects, landscape architects and engineers all share is that of designing. In other words, understanding what is seen and what is unseen; social, economic and political aspects. And all that goes to creating a design for transformation of a place.
I imagine that you've taken a position in a university because, besides the satisfaction and learning that teaching brings, you have the opportunity to research. And speaking of dynamism and uncertainty as paradigms of our century, it would seem that you can't help but devote part of your activity in a university as a laboratory prior to intervention on the land and public space.
Precisely. We start with the premise that our studio is what could be called a research practice, as opposed to a corporate practice. But it is difficult to find commissions of a speculative nature or that focusing on a specific subject or place that may seem relevant or necessary to us, despite the good professional opportunities you have. Which is why, for me, university has always been another area of learning, I say another, because the practice is one. As a professor, I've always tried to help young lecturers by telling them to go out and learn and not to show what they know, because students learn through them and not from them. I found that the project classes with Xavier Monteys, Torres Capell, Ramón Vilalta from RCR, Enric Batlle, Enric Massip and others were a joint learning experience with the students, consisting of identifying relevant subjects and examining what ingredients there were in each of the situations in order to connect them. A speculation laboratory with an intellectual responsibility, but not a physical one. I continue trying to teach in a group or with a partner and to be able to continue to learn from my fellow professors (and from the students!).
Much has been said lately of research by design. I'd like to know your opinion. Do you think that the way of creating our projects is changing by having to embrace dynamic processes and uncertain situations, particularly in the field of landscape design?
During these last few years at the head of the department at the University of Virginia, I've been particularly focused on developing the concept of design research, because I believe that it still hasn't been well formulated. On the other hand, the concept of 'scholar research' - like that of applied research - is very clear-cut; it's clearly set out and we know how to evaluate it. But not design research. When does design become research? When design is producing knowledge? In my opinion, we start to do research the moment we start to speculate. Design compiles first, and once all the information is gathered together, speculations start to emerge on new scenarios for transformation. The way in which that information is compiled, the rigour in hypotheses or future scenarios, the innovation produced through design, all of this should be evaluated, as it serves to advance knowledge. However, it's still in its formulation stage, and there's still a long way to go, both here and in the US, to objectivize it, parametrize it, and to show its legitimacy in the other academic fields.
I was looking over the reasons you had been appointed professor and head of the department at the University of Virginia, and among the documentation I found there are concepts such as interdisciplinarity, integration of scales and an issue I found essential to highlight, and I believe it was present this morning in your lecture. It pointed towards social and environmental ethics. What do you think of the role and responsibility of the profession in our time, and what would be your agenda?
My proposal for the University of Virginia revolved around about the role of the architect and the role of architecture at present. While revising those notes for other later presentations, I see that I continue to be concerned about the same thing; that is, our role in transformations of the physical environment in contemporary society and culture. I see we are the ones who have the tools to bring about new scenarios for transformation, and we therefore accept the responsibility for designing the future scenarios in the midst of an ecological, economic and political crisis, derived to some degree from uncertainty. What are the issues? I don't think it's beauty; beauty is a given in our work. It's like the phrase by Mies van der Rohe which goes something like "Ninety per cent of architecture is building, and I don't want to talk about the rest", or Alejandro de la Sota's famous take someone for a ride to give them what they want. What matters is to deal with problems, and by identifying what is relevant, the project will then emerge. It isn't so much an introspective view, like the one that has shrouded the profession in the last 40 years of post-modernity, especially in the US.
Then one could think that given that the questions that are representative of this age are specific ones, not only the practice but teaching and research on them should respond to this context. My question is whether now that you have the experience of working on both sides of the Atlantic, you feel that there are differences between the issues that concern universities in the US and here in Spain.
First, I'd like to clarify that when I put forward the idea that a project is defined as a process, I'm not rejecting questions of form. Form is the result of this process, which we control and guide creatively, to a result with functional, aesthetic and cultural values. Architecture is the most ancient and ancestral profession. It has shaped man's surroundings, and it's surely the humanity's principal cultural product. I want to make that clear, because we occasionally see difficulties or misunderstandings with regard to formalization. Nowadays, the enormous capacity for recognizing contexts, analysis of variables and complex processes, particularly in the fields of landscape and urban, is seen to somehow be frustrated by this difficulty in formalizing a design for physical transformation. Within the areas of a project, landscape design is the most prepared to manage uncertainty and to work with it, to accept and work with complexity by incorporating variables from different fields. It presents the opportunity to incorporate ecology, production, culture... to synthesize, give hierarchical structure to and use the information in order to design that process of transformation.
Do you think that the architecture schools in Spain are underscoring these things?
I believe that the level of architecture schools in Spain is excellent; it's something you realize when you leave Spain. We draw inspiration from an architecture produced by masters who strived to bring modernity here during the years of the dictatorship, and which didn't embrace post-modernism with the same intensity as it did in other countries in Europe and the Americas. We were too busy trying to modern, and to apply the ideas of modernity (an architecture that was able to meet social needs). Of course there are still shortcomings, especially that of understanding what lies beyond the static. Perhaps with the public space project we still haven't reached the same level as that of architecture. The Catalan school has developed it the furthest, avoiding the imposition of artificial narratives, but even so, we still have parks, plazas and streets of extraordinary quality. However, the reason I decided to leave and I didn't request to have my place in the university kept open was my disagreement with the model of architect that we were conveying to students: a model that was set on having big fish in a small pond, when in 2005 it was already evident that we architects had to face new challenges and work in new fields and in different ways. I think the crisis in Spain has simply accelerated the clash that would have taken place anyway, sooner or later. We have very good young architects who aren't going to reproduce the model of previous generations. Therefore, I think it's essential that the teaching of architecture focuses on the creative management of complexity, which is also applicable to many professional and job-related situations. In this sense, I'm tremendously optimistic about the future of architects.
I'm also curious to know what projects you would like to take on in the studio. I'm asking from the perspective of learning by doing. I imagine that there are subjects you are especially interested in.
I think that both Margarita and I are aware that where we've developed something of relevance is through projects, which are gradually turning into a breeding ground for fertile ideas. We're interested in complex situations. For instance, a long time ago we said we wouldn't do any single-family homes, that they didn't interest us, and that we were interested in focusing our activity on public space, which is the space of conflicts and the greatest complexity. And from this perspective, we're interested in everything to do with infrastructure. Right now we're seeing that monofunctional logic is pointless, that our planet's backyard no longer exists, and therefore every piece of infrastructure has to be responding to many variables by participating in the construction of a shared space. Issues related to transport, energy, should be serving the place, the people, the context. For us, the power station for the Zaragoza Expo was a significant project in terms of experimenting with the capacity that infrastructure has for hybridization and, not only that, but it also meant the challenge of incorporating an infrastructure project into urban life, into the public space.
Infrastructure is undoubtedly one of the elements that has most transformed the land, and I refer not only to its form but also to its relationships, even its metabolism. And in most cases it's designed without concern for the functionality and legibility of these issues, hindering its understanding, and causing increasing hostility between humans and their environment. I'd like to know your opinion on this issue.
It is undeniable that infrastructure is the great agent for transformation and that this is also a field of design. I would even turn this around and suggest that public space be thought of as infrastructure. But not as green infrastructure, which has become a sort of rhetoric, but as real infrastructure. For example, we've been working on a series of parks we've designed in relation to flooding, turning public space into hydraulic infrastructure that's working to help the course of the river.
Infrastructure has also meant a great deal of business that has been sustaining certain types of sectors of economic activity. And now that so much is being said about the green economy, if we place emphasis on infrastructure and landscape, it would seem that a new area of business is opening for research, even for jobs and professions. Do you think there is technology still to be developed that is related to this other form of inhabitation and with the ability to reactivate another economy that works with the processes of nature and not against it?
My position in this respect is absolutely pragmatic. For instance, Aranzadi Park [6] is hydraulic infrastructure for coexistence, for a paradigm shift, for awareness, for understanding, but there you have an addition flow of X m3/second circulating and delaying the river from overflowing into the adjacent neighbourhood.. The park has been designed for a complex situation, which is not that of the traditional concrete channel that increases capacity without offering anything else, and which causes problems of erosion at its end point. In the Puerto Rico [7] project, we arrived in time to save an existing meander and its related cultural heritage, because a channel had already been designed to eliminate the meander, but it hadn't yet been executed by the USACE [8]. Well, the Aranzadi project could have been a flood relief channel, but we designed it from a more complex standpoint, with the decision that it should be part of the public space, of the riverside environment, using other forms of logic other than just diversion of flood water. Water will enter and leave the park sustainably. Of course there are technologies based on inert materials, but there are others based on living elements which, together with geometric tests, are new tools for projects, and in this sense, new fields of research and innovation. Geometry can be used to modify flows and then go on to work with speed, with drag and sedimentation. Basically, this way of looking at a project is like a small experiment that brings together technology and geometry, and the relationship between them.
Another matter that I would like to bring up and which is also related to infrastructure is that when I see your completed projects, it is simple for me to imagine that when people experience them they find it easy to understand their working, and this in a way ensures their life, management and maintenance. At the same time, one would think, for instance in the Water Park [Zaragoza], that it would be simpler to understand the dynamics of the river and its floods than, for example, behind a dyke. And I'd like to know whether this is a concern for you when you design, even when it's something you enhance: the understanding of how living systems work, as an exercise in awareness, but also in pragmatism in relation to its use and management.
Narratives in the public space have to be at the service of the way citizens will read them. The resulting poetics shouldn't be opaque and self-referential, but invite understanding and participation. There are four ideas involved in the Water Park: returning a third of the space to the river, together with everything that entailed; understanding that the water system that historically managed the meander would continue to be an essential part of the project; understanding that the landscape was already laid out, and therefore that we weren't going to design new geometries, but base ourselves on the existing plots; and, finally, establishing a gradient between the city and the river. These four ideas were very basic but also very fertile, because they weren't self-restricting and they were easy to share. On the other hand, when we work in the public space, it's important to work systematically, avoiding accidents while proposing structures for spaces that can be used in very different ways that evolve over time.
Changing the subject, I recall something you said before with regard to the difficulty of photographing your projects. I wanted to know your opinion on landscape architecture publications. Or in other words, your opinion on the way to communicate our work. To what extent can projects in constant evolution and dynamism be susceptible to needing other formats? Perhaps a video of any of your projects in which this evolution can be conveyed, with which you can heighten, raise and lower the scale to communicate the dynamics and scope, would surely be the most suitable format. Perhaps in order to understand the complexity of landscape architecture and to disseminate some of its processes there is a need for different media than those of conventional architecture.
Yes, it's very possible, because the large dimensions and movable nature of this is at odds with photography, and often ends up being green compositions, idyllic images of people in green spaces. And that's really of little interest, because when you want to explain the 'performance' of a landscape project and its workings, photography isn't a suitable medium. So video, if it isn't turned into a picturesque narrative, is certainly a good medium, as are other tools, such as digital animation.
It would seem that the landscape architecture agenda involves developing technology in every sense.
Yes, and I also believe that we should be more strategic, not in the marketing sense, but with regard to education. Not a paternalistic education, but an education that's capable of establishing a framework of shared values.
I was thinking of Ian McHarg and his television programme broadcast by CBS in 1960, The House We Live In, where he invited leading philosophers and scientists to debate the role of humans in the world. McHarg brought landscape architecture to the general public in a similar way to the one he used in his Man and Environment course at the University of Pennsylvania. I was wondering then whether you knew of any charismatic and media-savvy landscape architect who may be interested in communication and dissemination of the landscape agenda in the current context of uncertainty and awareness of life in the Anthropocene era.
While there are architects who have transformed communication such as Koolhaas, I'm not so sure whether there is a charismatic figure in the field of landscape who is concerned with this. Nonetheless, there are more and more experiences of bringing society together around landscape projects. I recall one such experience, although far back in time, in West Virginia. The pedestrian space in downtown Charlottesville, for many years the longest in the US, was originally a road. The project to pedestrianize it included a very strong strategy for public involvement, which wasn't so much about participation, but communication. This way the citizens would accept this transformation. And this happened not so much by asking, but by sharing and communicating. I don't deny the role of participation, which is important and absolutely necessary, like the understanding stage, but I'm differentiating it from the project of gathering information, education and communication. The responsibility for the project is that of the designer, who needs community participation in order to understand and communicate.
Well, finally, now that we're approaching the end of the journey, I'd like to ask you what two books you're reading. I imaging that there are thousands, but i refer to the ones you're reading most keenly.
Thanke to Margarita, I'm reading, After Nature: A Politics for the Anthropocene by Jedediah Purdy, which I mentioned in this morning's lecture. And on the other end of the scale, I read for pure pleasure and I read thrillers; I love mystery. I have to admit that I take a thriller to bed with me. Now that I think about it, I think the reason I love thrillers is because it involves a constant analysis and imagining of possible scenarios.
If you allow me an observation, I believe it has a lot to do with your projects, in the sense that the bad guy is never the one you think it is at first, that the clues you get, the code to the narrative of the place, and the end is always logical, although unexpected, and also innovative.
Yes, and suddenly players who in other situations would have been considered secondary become relevant.
Continuing on with the subject of books, I remember when I took my exam for my position in the University of Zaragoza, the panel asked me if I had to recommend just one book, the first book, to students, which it would be and why. Now, four years later, I'm asking you the same question.
Of all the things I've read recently, thanks again to Margarita, I'd recommend the first article from Pier Vittorio Aureli's book The City as a Project. This first article, Means to an End [9], helps to clarify the role of architecture and the project in constructing the city.
And now for cinema. What films interest you?
Actually, I see very few films, but both of us like the Coen Brothers, that sort of grimy reality where things never turn out as you expected. And we've often played, with Margarita, the game of understanding architecture as that grimy reality that in no way responds to an idyllic vision of the object, and is much more complex and intense.
We've almost reached our destination and the end of our conversation. I thank Iñaki for his time and hope to meet again soon.
[1] From 6 to 8 July 2016 Global landscape: contemporary views on the construction of our environments.
[2] aldayjover arquitectura y paisaje
[3] Elizabeth K. Meyer, "River Park as a Place of Movement. Aranzadi Park, Pamplona, Spain". Meyer, Topos 89, (2014).
[4] Jedediah Purdy, After Nature: A Politics for the Anthropocene (Harvard University Press, 2015).
[5] Gállego River Bank Restoration with María Pilar Sancho, Zuera, province of Zaragoza, 2000-2001. [6] Aranzadi Park, Aranzadi Meander, Pamplona, Pamplona City Council, 2008
[7] Master Plan for the restoration of the The Antiguo Acueducto del Río Piedras in San Juan, Puerto Rico, 2015.
[8] The United States Army Corps of Engineers.
[9] Pier Vittorio Aureli, "Means to an End: The Rise and Fall of the Architectural Project of the City." in The City as a Project, ed. P. V. Aureli, 14-38 (Berlin: Ruby Press, 2013), 14-38.