La troisième oreille de Luis Buñuel

Techniques sensorielles de l’expression du fantasme dans Belle de jour (1967)

Resumen

La palabra “fantasma”, del griego phantasma, significa tanto fantasma como alucinación visual. Se trata aquí menos de una representación visual que de la expresión de una acción, es decir de la experiencia de esta realización con todas las trayectorias trazadas, todas las sensaciones humanas así proporcionadas. En otras palabras, hay fantasma desde el momento en que hay creación de una imagen. Consideraremos la imagen no como la representación visual de un escenario, sino como el ejercicio, expresión, revelación y/o reproducción de una percepción sensorial. Exploraremos en qué medida la falla del sentido de la vista, necesario para la construcción del fantasma en Belle de Jour, se contrarresta con la implementación de una nueva técnica experimental de observación materializada por el sentido del oído. De esta manera desplegaremos una posible lectura de un mapeo sensorial del fantasma a través de la difracción de la mirada hacia un “ojo” interno y la activación de un ritmo interno. En este sentido, recurriremos a uno de los grandes referentes de Luis Buñuel, el Marqués de Sade, y en particular a la adaptación cinematográfica de Los 120 días de Sodoma de Pier Paolo Pasolini (1975), para fundamentar la importancia de la escucha en la construcción visual de la imagen del fantasma. Nuestro camino describe una técnica sensorial de expresión del fantasma marcada por desviaciones del uso primario de la vista y el oído. Veremos así que cuando la mirada frontal es derrotada, el personaje se libera de ella mediante la mirada lateral y la creación de su propio gabinete de vigilancia. Luego explicaremos la importancia de escuchar, y llegaremos a la creación de un ritmo interno que nos permita la apertura de la mirada.