Recomendaciones lenguaje inclusivo y no sexista

Para Titivillus es fundamental que se emplee un lenguaje inclusivo libre de prejuicios asociados a la raza, la diversidad funcional, el género, la orientación sexual, las creencias, la ideología o el estatus socioeconómico. Se considera, por tanto, inadecuado ofrecer información sobre personas que sea irrelevante para el estudio, como también lo es ignorar las diferencias y características específicas de los sujetos cuando estas existen.

Se evitarán, pues, todas aquellas expresiones que supongan la estigmatización o discriminación de grupos de personas. El sentido negativo en las expresiones y la terminología condescendiente es, en el caso concreto de las personas con diversidad funcional, una tendencia que se debería evitar. En cuanto a la raza, las comparaciones entre grupos, los esencialismos o la referencia a las «minorías» están desaconsejados y resultan inapropiados.

Recomendaciones sobre el uso del lenguaje no sexista

Se recomienda el uso del lenguaje no sexista en los textos que se presenten para publicación.

Puesto que no todos los textos se muestran igualmente viables para adaptar determinadas fórmulas lingüísticas a las exigencias de un lenguaje igualitario, confía en el cuidado del contenido a favor de la igualdad más allá de aspectos meramente morfológicos. 

Aunque la Real Academia Española reconoce el masculino como género no marcado para menciones colectivas, se demandan cada vez más fórmulas que visibilicen el papel de la mujer y de las personas no binarias. Ello no significa que el uso del masculino genérico sea inadecuado ni siempre discriminatorio. Su empleo es perfectamente válido y se aleja de una interpretación sexista si, por ejemplo, además nombramos a la persona o personas a las que se refiere con ese término.

Se apuesta por fórmulas lingüísticas inclusivas, que se podrán usar siempre y cuando no modifiquen el significado de la expresión.

Se enumeran a continuación las fórmulas lingüísticas más aconsejadas para evitar un uso sexista del lenguaje:

  • Si se conocen los nombres de las mujeres o de los hombres a quienes se hace referencia, conviene usar el género gramatical que represente su sexo.
  • En el caso de que se trate de un colectivo de mujeres y hombres, se utilizarán tanto el femenino como el masculino, si se sabe que mayoritariamente son mujeres; o el masculino y el femenino, si se sabe que mayoritariamente son hombres. Si se desconoce el grado de participación, se puede comenzar por cualquiera de las dos fórmulas y utilizarlas alternativamente, o decidirnos por el orden alfabético (alumnas y alumnos, o doctor y doctora).
  • Se aconseja el uso de sustantivos genéricos o epicenos (persona, sujeto, individuo, personaje, miembro, etc.), colectivos (ciudadanía, alumnado, equipo) y abstractos (arqueología por arqueólogo/a, dirección por director/a).
  • Las perífrasis y los sintagmas favorecen también fórmulas más igualitarias (personal investigador en lugar de investigador/a; o titular de una beca en lugar de becario/a), así como los pronombres sin marca de género: formas neutras frente a los pronombres que se acompañan de un artículo masculino o femenino (el que o la que por quien); fórmulas genéricas —pronombres sin marca de género— en lugar de pronombres indefinidos (en vez de uno o una, convendría usar alguien o nadie). También son preferibles los adjetivos sin marca de género (por ejemplo, diferente, en lugar de distintos y distintas; ilustres, excelentes, célebres, en lugar de prestigiosas o prestigiosos; cualquier o cada, en lugar de todo, etc.).
  • Se podrá utilizar la impersonalidad, la omisión del sujeto, el uso de la segunda persona del singular ( o usted) o de la primera del plural, o bien la forma imperativa del verbo. Es, además, aconsejable sustituir los verbos pasivos por verbos activos o formas impersonales con se.
  • En los casos en los que la partícula que acompaña al nombre determine el género, se propone: 1) eliminar uno de los dos artículos (el del género que ocupe el segundo lugar), si bien esta opción no se puede aplicar en el caso de usar sustantivos invariables; y 2) en lugar de desdoblar los determinantes, adjetivos y participios con los que concuerda el sustantivo, se puede recurrir a la concordancia por proximidad.

Otras fórmulas que también se emplean:

  • Los desdoblamientos. Aunque es la opción más conocida, su aplicación ha de ser prudente, ya que su abuso puede provocar que el lenguaje pierda economía y la lectura, agilidad. En el caso de que sean inevitables, se aconseja alternar la forma femenina y la masculina en el primer lugar a lo largo del texto. No deberían emplearse el símbolo @ ni barras o guiones. Tampoco la gramática española acepta aún las fórmulas no binarias como la sustitución de -o/-a por los sufijos –e o -x.
  • Aposiciones explicativas. En el caso de un uso inevitable del masculino genérico, es conveniente servirse de estos añadidos para aclarar el sentido universal del mismo. Como en el caso de los desdoblamientos, su empleo puede dificultar la lectura e incluso pueden ser redundantes cuando esta aclaración es innecesaria:

Para más información y ejemplos puede consultar la página web del Observatorio de Iguadad de Género de la Universidad de Zaragoza: https://observatorioigualdad.unizar.es/lenguaje-inclusivo.

Se recomienda que los trabajos publicados que hayan sido realizados con datos de investigación entre los que se encuentre la variable sexo, proporcionen información sobre si las conclusiones han tenido en cuenta posibles diferencias entre sexos.