Urbe, Paisaje, Infraestructura. Campos experimentales en la metrópolis dispersa

Resumen

Las intervenciones para la reactivación de las estaciones urbanas periféricas representan una importante oportunidad de regeneración urbana y, en general, ofrecen un caso de estudio significativo para reflexionar sobre la dimensión de la ciudad contemporánea, sobre el significado del espacio público y sobre la función del proyecto urbano. El sistema lineal de infraestructuras que se propaga por el territorio, los espacios marginales entre las islas de la ciudad dispersa y los nodos que las conectan constituyen el material urbano del que disponemos para activar transformaciones más amplias en el territorio y definir nuevas relaciones entre ciudad, paisaje e infraestructura.

Desde esta perspectiva, Roma y su territorio periurbano ofrecen un campo de prueba excepcional. En el límite poroso entre ciudad y campo, Roma muestra su especial capacidad metabólica, en la que los residuos, naturales y artificiales, de diferentes épocas han sido reutilizados e interpretados constantemente por las comunidades que los habitan, haciendo emerger formas alternativas de urbanidad. Roma muestra, en su naturaleza caótica e imperfecta y en la informalidad de algunos de sus procesos, cómo el espacio intersticial generado y desechado por la ciudad misma es un espacio valioso como reserva urbana para la experimentación, donde rearticular la fragmentación de los tejidos urbanos y las relaciones sociales.