Anacronismos. 1958, el proyecto de Jorge Oteiza para el monumento a José Batlle en Montevideo | Anachronisms. 1958, Jorge Oteiza’s project for the Monument to Jose Batlle in Montevideo
DOI:
https://doi.org/10.26754/ojs_zarch/zarch.201661457Resumen
El proyecto que Jorge Oteiza presentó en 1958 al concurso para el Monumento a José Batlle en Montevideo suponía, según sus propias palabras, su trabajo final dentro de la investigación experimental sobre la naturaleza espacial de la escultura. Justo antes de empezar a trabajar en el proyecto, había realizado sus primeras conclusiones experimentales, había llevado a cabo el razonamiento estético sobre el crómlech-estatua y había elaborado el concepto teórico con el que plantear la integración de arte y arquitectura a escala urbana, la nueva monumentalidad. Si a alguna de sus esculturas conclusivas la había titulado mueble metafísico, al modelo de integración, arquitectura+(arte = 0), a escala urbana lo denominó aislador metafísico. Basado en la desocupación espacial, proponía la delimitación de grandes vacíos activos en el interior del complejo urbano, aisladores metafísicos de la circunstancia vital, para que el habitante de la ciudad pudiera relajar el estado de alerta permanente de sus capacidades perceptivas, para la toma de conciencia estética del espacio como acto de libertad individual. Si bien su proyecto respondía al desarrollo lógico de su propósito experimental personal, apareció en el momento histórico equivocado. Ni las circunstancias acompañaron, ni estaba preparada la sensibilidad general para una propuesta que se adelantaba, formal y teóricamente, a algunas de las ideas que pocos años después dirigirían los comportamientos en el arte. Era, pues, un anacronismo.
The project Jorge Oteiza presented in 1958 to the competition for the Monument to Jose Batlle in Montevideo supposed, in his own words, his final work in the experimental research on the spatial nature of sculpture. Just before starting to work on the project, he had made his first experimental conclusions, had carried out his aesthetic reasoning about the cromlech-statue and had developed the theoretical concept with which to set the integration of art and architecture on an urban scale, the new monumentality. If he had entitled any of his concluding sculptures as Metaphysical Box, the integration model he proposed, architecture + (Art=0), on an urban scale was named the Metaphysical Insulator. Based on his concept of the spatial disoccupation, it proposed the demarcation of large charged voids within the urban complex, metaphysical insulators for the vital circumstance where the city dweller could relax the state of permanent alert of his perceptual capacities, for the aesthetic awareness-raising of space as an act of individual freedom. While his project reflected the logical development of his personal experimental purposes, it appeared in the wrong historical time. Nor the circumstances accompanied nor the overall sensitivity was prepared to a proposal that anticipated, both formally and theoretically, some of the ideas that a few years later would lead the behavior in art. It was, therefore, an anachronism.