Power and Virtue in Elkanah Settle's Ibrahim

Resumen

A lo largo del período Medieval y Renacentista, los escritos orientales sirvieron para respaldar las opiniones negativas sobre la gente, y en particular los líderes, de la región. Se podría haber esperado que los significativos cambios sociales, políticos y religiosos que fueron provocados por las guerras civiles y la Ilustración hubiesen cambiado esta tendencia. Sin embargo, durante la Restauración y el siglo dieciocho se siguieron presentando aspectos poco halagadores de la vida en el Oriente Medio, tal y como la entendían los escritores occidentales. Hay un escritor que destaca entre los dramaturgos y autores de la época. Al contrario que sus contemporáneos, Elkanah Settle extiende el impacto de la atmosfera principalmente positiva más allá de las orillas del Reino Unido y lo proyecta en el Oriente. En su obra de teatro, Settle presenta un dirigente oriental que muestra verdadero mérito en su persona, en vez de las características despóticas y dictatoriales habituales en otras obras del género. El dirigente, Solyman, posee un nivel de virtud que hace que tanto los miembros de su familia como sus súbditos le admiren y se atrevan a criticarlo, incluso a reprenderle, cuando se aleja del camino de honor y virtud. Solyman tiene la suficiente sabiduría como para buscar consejo, aceptar las críticas, admitir su debilidad y tratar de reparar el daño que ha causado a otros con su imprudencia. Estas son habilidades raras entre los dirigentes retratados en las obras orientales de la época. El propósito de este artículo es por lo tanto confirmar como Settle, como escritor de un género específico en un momento específico en la historia, difiere en gran medida de sus contemporáneos, mostrando aparentemente un cara de la vida en Oriente mucho más positiva