Horizonte cóncavo. Jan Dibbets y la percepción de la arquitectura
DOI:
https://doi.org/10.26754/ojs_zarch/zarch.201792268Palabras clave:
Fotografía, Percepción, Espacio, Vacío, Horizonte, DibbetsResumen
Ante la arquitectura, metáfora que media entre lo inmenso y lo íntimo, somos seres sensoriales completos, no únicamente organismos visuales. Hay una tensión continua entre la realidad de su construcción material y tectónica, y la dimensión abstracta, idealizada y espiritual de su imaginario artístico. Del mismo modo, la fotografía de un espacio construido contiene dos interiores: el interior de la imagen y el del propio espectador. Todas las imágenes, objetos visuales, son sentidas como experiencia interior, que alcanza con su eco hasta la dimensión pública y plural. Hay una transferencia de emociones e ideas, tan fundamental como malentendida en el arte contemporáneo. La comunicación de esa dualidad es analizada en la obra fotográfica de Jan Dibbets: la tensión entre la visión central y la periférica, la multiplicidad de la perspectiva, la intelectualización de la línea recta, las secuencias de lecturas, las intersecciones del magnetismo de la belleza… Puesto que es producto de la tensión activa entre percepción y representación, el vacío se genera entre un punto central -enfatizado como constructor de la imagen y no como ubicación física del sujeto- y el arco donde se suceden las secuencias de lo visible. Es la distancia que separa irremediablemente experiencia y naturaleza física. Un horizonte cóncavo tensionado por la dispersión y la gravedad del orden circular, entre lo reconocido y lo intuido.